Halloween: ¿Por qué honramos lo que tememos?
Por Agustina Ballester
Todos los diciembres solemos decir “¡Este año pasó volando!”, y es que cuando menos lo esperás, ya estás brindando con tu familia y cortando el pan dulce para cerrar el año.
Octubre es el mes donde arrancan las festividades que honramos en grupo y que anuncian que el año está por terminar. Cuando el calendario marca el 1º de octubre, es hora de desempolvar los disfraces del armario, las recetas de galletitas y volver a ver El extraño Mundo de Jack por 14va vez.
El origen de la festividad y cómo se celebra en los distintos países
Halloween, que deriva de “All Hallows Eve” o “Víspera del día de todos los santos”, se celebra el 31 de octubre y tiene su origen en los ritos de los Druidas (sacerdotes de las tribus europeas Celtas).
Los antiguos Celtas creían que la línea que unía al Otro Mundo con este, se estrechaba con la llegada del Samhain, fecha en la cual, los espíritus, tanto benévolos como malévolos, podían pasar a través de ambas realidades.
Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados, mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a estos últimos. Su propósito era adoptar su misma apariencia para evitar ser dañados.
Otra práctica común era la adivinación, que a menudo implicaba el consumo de alimentos y bebidas. En Asturias, inclusive, se celebraban banquetes en las tumbas de los mismos antepasados.
El día se asocia con los colores naranja, negro y violeta, y con prácticas como ver películas de terror, disfrazarnos, o tallar calabazas. Ahora bien, Halloween no es una festividad que se celebre en todos los países de la misma forma, y para cada territorio tiene un significado distinto. Acá en Argentina, por ejemplo, la celebración pasa bastante desapercibida. Los que gustan de disfrazarse pueden asistir a fiestas temáticas el 31 de octubre en algún boliche, mientras que otros, logran expresarse horneando dulces en sus casas (como en el caso de Florcita Muffin, la entrevistada de este mes, que podés leer aquí) o realizan maquillajes artísticos desplegando su creatividad en redes sociales.
Lo que tienen las nuevas formas de comunicación, es que las barreras de los países se desdibujan. Por más que en Argentina estemos transitando la primavera, podemos ser partícipes de lo que sucede al otro lado del mundo. De hecho, algunxs influencers se toman fotografías con decoraciones de calabazas, un té caliente y un libro, acurrucados en la cama deseando “Happy Fall Season!” , incluso viviendo en un país donde hace calor y los árboles están florenciendo con el inicio de la Primavera.
Pero ¿Por qué celebramos festividades que no nos pertenecen?
No podemos negar el gran despliegue comercial y la publicidad engendrada por el cine estadounidense. Quedó grabado en la mente de muchas personas la imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de monstruos, fantasmas y demonios, pidiendo golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio.
En México, este día no tiene una connotación terrorífica, sino todo lo contrario. El 1º y 2º de noviembre es El día de los Muertos, fecha en la que se celebra y conmemora a los antepasados. Esto lo podemos ver claramente en “Coco”, película de Disney - Pixar:
“Solo se muere cuando se olvida, y yo nunca te olvido”
Una de las cuestiones que vemos en la trama, es que la muerte juega un papel preponderante en nuestra existencia. Por un lado como límite o fin, y por el otro como frontera y umbral. Sumado a todo esto, la esperanza aparece como una forma de superar la angustia a la finitud.
Los rituales que celebran la vida de los ancestros, se realizan en estas civilizaciones desde la época precolombina. Entre los pueblos prehispánicos, era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte.
Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión cristiana, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos, estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido, y no por su comportamiento en la vida.
Sabiendo todo esto ¿Por qué disfrutamos lo que tememos?
SegundoASegundo plantea una teoría muy interesante:
“La película de terror El Exorcista, posiblemente una de las más escalofriantes de todos los tiempos, recaudó más de 441 millones de dólares alrededor del mundo. ¿Qué es lo que nos atrae del miedo? ¿Por qué la gente paga por asustarse? Mientras que algunas personas huyen de lo que temen, otras lo buscan.
A esto se le llama comportamiento contrafóbico. Quienes presentan esta conducta, toman riesgos para experimentar emoción. Este es el mismo fenómeno que motiva a los deportes extremos; la necesidad de experimentar aquello que te aterra”.
Cuando vamos al cine a ver un film de terror, estamos en una situación controlada, si bien la película puede asustarnos y desatar un subidón de adrenalina en el cuerpo, en el fondo sabemos que lo que está sucediendo no es real y estamos preparados. Incluso la musicalización de estas películas es algo muy particular. En general, se nos avisa que nos acercamos al susto, con música gradual que crece en intensidad; por lo que podemos prepararnos mentalmente a lo que va a venir. Nos facilita la experiencia del miedo, sin necesidad de estar en peligro realmente.
Si de niñx fuiste a algún Pijama Party, sabrás que a veces la película elegida para ver antes de dormir es una de terror: nos asustamos en grupo, miramos nuestras reacciones y nos reímos si alguien llega a tener alguna reacción exagerada.
Compartir es el centro de estas festividades. Cuando nos reímos del miedo, cuando burlamos lo desconocido y le quitamos la máscara temerosa y el sufrimiento que puede generar la incertidumbre del más allá, es cuando nos permitimos evolucionar y disfrutar de lo que se nos ha dado.